Un estudio de neuroimagen sugiere que los bebedores compulsivos muestran una respuesta empática deficiente al dolor de otras personas
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Un estudio reciente encontró evidencia de que beber en exceso está relacionado con una respuesta cerebral disminuida al dolor de otras personas, lo que sugiere que los bebedores compulsivos pueden tener más dificultades para procesar la empatía. Los hallazgos fueron publicados en NeuroImage: Clínica.
Estudios anteriores han sugerido que el consumo excesivo de alcohol entre los adultos jóvenes se asocia con una capacidad reducida para leer las emociones y una menor empatía. Sin embargo, los autores del estudio Charlotte L. Rae y sus asociados comentan que ningún estudio ha examinado las respuestas cerebrales a la empatía, comparando a los bebedores compulsivos jóvenes con los bebedores no compulsivos.
"Nuestro objetivo aquí", dicen Rae y su equipo, "era ampliar la literatura sobre la empatía desadaptativa en los bebedores compulsivos mediante la investigación de sus fundamentos neuronales en los bebedores sociales adultos jóvenes sanos que persiguen un patrón de consumo excesivo de alcohol".
Los investigadores investigaron datos de un estudio en el que participaron 71 adultos jóvenes reclutados en el Reino Unido y Francia. Los sujetos tenían un promedio de 20 años y aproximadamente la mitad de ellos eran bebedores compulsivos. Todos los participantes completaron cuestionarios que medían la gravedad de su consumo de alcohol y su impulsividad, y luego participaron en una tarea de empatía mientras se registraba su actividad cerebral mediante imágenes de resonancia magnética funcional (fMRI).
Durante la tarea de empatía, a los participantes se les mostró una serie de imágenes que mostraban una escena dolorosa que mostraba una parte del cuerpo herida o una escena neutral que mostraba una parte del cuerpo alejada del daño. Antes de ver cada imagen, se pidió a los participantes que adoptaran una de dos perspectivas: imaginar que la escena dada les estaba sucediendo a ellos o imaginar que les estaba sucediendo a otra persona.
Se pidió a los adultos jóvenes que indicaran presionando un botón si una imagen presentada representaba un evento doloroso o no doloroso mientras se registraban sus tiempos de reacción. Los participantes calificaron además la intensidad del dolor de cada imagen.
Los investigadores encontraron que el grupo propenso a beber en exceso mostró una mayor activación en la circunvolución fusiforme mientras imaginaba que una escena dolorosa le estaba sucediendo a otra persona.
Como relatan los investigadores, la circunvolución fusiforme es un área del cerebro que generalmente se activa cuando se experimenta dolor o cuando se observa a otra persona que lo experimenta. El hecho de que esta área estuviera más activada en los bebedores compulsivos, dicen los autores, puede sugerir que se necesitaba más energía para procesar el dolor de los demás, lo que indica un "mecanismo compensatorio" para un deterioro en el procesamiento emocional.
Los bebedores compulsivos también respondieron más lentamente a los episodios de dolor que los no bebedores compulsivos, independientemente de si imaginaban que el dolor les estaba sucediendo a ellos mismos oa otra persona. Como infieren Rae y sus colegas, esto sugiere que los bebedores empedernidos procesan el dolor de manera diferente en general. Sin embargo, la diferencia entre los dos grupos fue mayor cuando se imaginó que el evento doloroso le sucedía a otra persona, lo que sugiere nuevamente que esta respuesta de empatía exigía más a los bebedores compulsivos, lo que los investigadores llaman, "una falla específica en la empatía".
Los investigadores señalan que sus hallazgos sugieren que el entrenamiento en empatía podría ser una vía prometedora para desalentar el consumo excesivo de alcohol, a través del fortalecimiento de las percepciones de empatía y el fomento del autocontrol durante los atracones.
“Es de particular interés para el estudio actual que los hallazgos recientes de Laghi y sus colegas (Laghi et al., 2019) muestran que las altas calificaciones de preocupaciones empáticas son predictores negativos del consumo excesivo de alcohol en los adolescentes”, señalan los autores. "Por lo tanto, se podría demostrar que el fortalecimiento de las habilidades empáticas específicas es beneficioso como estrategia de prevención del consumo excesivo de alcohol y otras expresiones del abuso del alcohol".
Una limitación fue que el estudio no incluyó calificaciones subjetivas de empatía.
Charlotte L. Rae, Fabien Gierski, Kathleen W. Smith, Kyriaki Nikolaou, Amy Davies, Hugo D. Critchley, Mickaël Naassila y Theodora Duka.