Esta proteína cerebral puede ser la clave para prevenir la pérdida de neuronas dopaminérgicas en la enfermedad de Parkinson
La enfermedad de Parkinson, un trastorno cerebral que afecta a más de 10 millones de personas en todo el mundo, es causada por la pérdida gradual de neuronas dopaminérgicas. La pérdida de estas neuronas provoca temblores involuntarios, rigidez y problemas de equilibrio. Si bien existen medicamentos para tratar estos síntomas, no existen medicamentos para retardar la progresión de la enfermedad. Sin embargo, encontramos una proteína cerebral que puede prevenir la pérdida de neuronas dopaminérgicas. Este descubrimiento podría ser importante para desarrollar tratamientos.
Durante muchos años, los científicos han estado investigando el uso de factores neurotróficos para retrasar la progresión de la enfermedad de Parkinson. Estas proteínas se encuentran normalmente en el cerebro y juegan un papel importante en la protección y nutrición de diferentes tipos de neuronas, incluidas las neuronas de dopamina, que son fundamentales para controlar el movimiento.
En 1993, se descubrió que un factor neurotrófico, llamado factor neurotrófico derivado de la línea celular de la glía (GDNF), protegía las neuronas de dopamina en pruebas de laboratorio. Tras extensos estudios de laboratorio en los que el GDNF mostró muchos beneficios, se iniciaron ensayos clínicos a principios de la década de 2000.
En estos ensayos, el GDNF se administró directamente en el cerebro de los pacientes de Parkinson. Se informaron resultados prometedores de los primeros ensayos, en los que un pequeño número de pacientes recibieron tratamiento con GDNF. Los investigadores se entusiasmaron con el potencial de usar factores neurotróficos para tratar la enfermedad de Parkinson.
Pero para demostrar que un tratamiento es eficaz, debe probarse en ensayos clínicos en los que los pacientes se asignan al azar para recibir el fármaco experimental o un placebo. Se estableció un ensayo clínico de GDNF, pero desafortunadamente, mostró que el tratamiento del cerebro con GDNF no mejoró significativamente los síntomas del movimiento en pacientes con Parkinson en comparación con los pacientes que recibieron el placebo.
A pesar de los intentos de mejorar la administración de GDNF al cerebro, un ensayo clínico de GDNF controlado con placebo de 2019 aún produjo resultados decepcionantes. Este fue un gran golpe para la comunidad de Parkinson y ha llevado a los investigadores a cuestionar el beneficio potencial de los factores neurotróficos.
Pero nuestra investigación ha resultado prometedora en otro factor neurotrófico, llamado GDF5. Este factor neurotrófico está relacionado con GDNF, pero ejerce sus efectos sobre las neuronas dopaminérgicas al trabajar de forma diferente. GDF5 juega un papel importante en el desarrollo y funcionamiento normales de las neuronas de dopamina. Nuestros estudios de laboratorio han demostrado que GDF5 tiene efectos protectores sobre estas neuronas, que son tan potentes como los efectos de GDNF.
Nuestro estudio más reciente, publicado en la revista Brain, encontró que GDF5 tenía efectos beneficiosos en un modelo de rata de Parkinson, en el que anteriormente se demostró que GDNF era ineficaz. Este modelo de rata en particular nos permitió imitar más de cerca la enfermedad de Parkinson humana que los modelos de rata que se habían utilizado en los estudios anteriores sobre el GDNF y que habían llevado a la aprobación de los ensayos clínicos.
Para nuestro estudio, administramos un exceso de alfa-sinucleína (una proteína que se cree que está involucrada en la enfermedad de Parkinson) en el cerebro para replicar la enfermedad de Parkinson. Luego entregamos el gen para producir la proteína GDF5 humana al cerebro. Seis meses después, contamos el número de neuronas de dopamina en el cerebro. Encontramos que alrededor del 40-50% de las neuronas de dopamina habían muerto en el grupo no tratado, pero esto no se observó en el grupo tratado con GDF5. También encontramos que GDF5 aumentaba la cantidad de dopamina en el cerebro. Nuestro siguiente paso es estudiar en qué etapa de la enfermedad es mejor administrar GDF5 al cerebro para ralentizar la progresión de la enfermedad.
Una razón que los investigadores han presentado para explicar el fracaso de los ensayos clínicos de GDNF es que una proteína llamada RET puede destruirse en el cerebro cuando una persona desarrolla Parkinson. El RET es necesario para que GDNF actúe sobre las neuronas de dopamina. Pero GDF5 actúa a través de una vía diferente, por lo que no necesita RET. Nuestro estudio también encontró que los componentes celulares necesarios para que GDF5 actúe sobre las neuronas de dopamina no son destruidos por la enfermedad de Parkinson.
Los hallazgos más importantes que hemos realizado son que GDF5 tiene efectos protectores sobre las neuronas de dopamina en el modelo de laboratorio más conocido de Parkinson y que los componentes celulares necesarios para que GDF5 funcione no son destruidos por la enfermedad de Parkinson. Estos son resultados muy prometedores y significan que debe continuar la búsqueda de una nueva terapia para el Parkinson que se centre en los factores neurotróficos.
Este artículo se vuelve a publicar de The Conversation bajo una licencia Creative Commons. Lea el artículo original.